Me enfrento a redactar esta reseña con muchísimas dudas ya que es un libro que me ha tocado en lo mas profundo de mi. He dudado muchísimo en como escribirla, y aunque no sea del todo correcto, no sólo voy a hablar del libro, también de las principales dudas y opiniones que me surgen tras leerlo.
Por si las voces vuelven es un libro de esos que hay que tener en la estantería y ojear de vez en cuando. No es sólo un libro con una historia que engancha, te entretiene unas horas, y se acabó. De hecho os confieso que tras el libro en papel, me picó la curiosidad de cómo sería oír del propio Ángel la historia que cuenta, y también he escuchado el audiolibro. Yo soy de papel, a mi gusta el tacto de un libro físico, el pasar la hoja, su peso, su aroma. Hay que decir que en este caso el audio aporta un plus que el papel no puede dar, pero esto sobre todo porque es el mismo autor el que lo narra en el audio, por la autenticidad y sinceridad que aporta oírlo de su voz y, por supuesto, por la temática del libro.
Este libro nos cuenta de primera mano lo que es estar loco. Es una sinopsis muy simplificada, lo se, pero es puramente eso, ni mas ni menos. Ángel va redactando cómo él vivió su locura, como para él todo tenía sentido, y como gracias a casualidades de la vida (aromas cafeteros de por medio 🙂 ), y muchísimo trabajo, consiguió salir. No quiero desvelar los detalles, ya sabéis que las reseñas de Léetelo podéis leerlas sin miedo a encontraros spoilers, por lo que mi sinopsis no va allegar mucho mas allá de lo ya escrito.
Ahora bien, este libro cuenta, como ya hemos dicho, lo que él vivió, y su visión de la intervención de las personas de su alrededor. No me puedo quedar con las ganas de pedir una segunda parte, como insinúa Ángel en varios momentos, y leer como vivieron las personas mas cercanas su locura. A o largo del libro Ángel agradece continuamente la ayuda recibida, no solo por profesionales, si no también por las personas mas cercanas, las personas de su entorno familiar y amigos.
Hace un labor importantísima, por tratarse de un personaje público, dando visibilidad a los problemas mentales, pero bajo mi opinión, se debería ir mucho mas allá. Ángel, si nos lees, muchas gracias por atreverte a escribirlo, y todavía muchas mas gracias por atreverte a publicarlo, pero creo que en el libro falta un punto de advertencia del peligro que puede suponer algo así.
En el caso de Ángel Martín, su locura no llegó en ningún caso a consecuencias mas graves que el sufrimiento de ver a una persona enferma a tu lado y el propio sufrimiento del autor/enfermo (que no es poco). Pero que hubiera pasado si en vez de pensar en bañar a un perro hubieras pensado en matar a la vecina? en todo momento se recalca la gran importancia de tener a personas a tu lado que te ayuden a salir de la locura donde estás inmerso, pero, que pasa cuando la integridad física de la persona que intenta ayudar se ve comprometida? Creo que en el libro no se incide de la manera adecuada en este aspecto. Puedo llegar a comprenderlo, ya que no es tu caso, pero como lectora pienso, ¿si hay lectores que tienen a una persona que les pueda hacer daño al lado y leen este libro, que idea se pueden hacer? Es un libro muy sincero, y por tanto mi reseña también lo va a ser. No seamos hipócritas, el grado de locura, de agresividad del enfermo, es lo primero que se debería analizar. No me imagino lo complicadísimo que debe ser, pero añoro en el libro un «y todo esto fue así porque mis locuras, mis mundos, no ponían en peligro a nadie. Si se detecta cualquier signo de agresividad, ponlo en manos de policía además de en manos de los médicos».
En varias ocasiones a la largo de la historia indicas que lo mejor que te ha pasado en la vida es volverte loco. Querido Ángel, es una afirmación muy dura, de nuevo agradecerte tu sinceridad. La opinión sobre este hecho es la que me voy a quedar sólo para mi, pero ole tu por valiente, por saber rodearte de la gente que ha podido apoyarte, y sobre todo, enhorabuena por saber apreciar y contar lo bueno y lo malo de tu locura.
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